29 de septiembre de 2014

Rutina

Otra vez vuelvo a mi cárcel de cristales, la ciudad que atrapa y que, en vez de proporcionar la libertad que debería, engaña de tal forma que es imposible encontrar un ápice que no se encuentre controlado. Dejo atrás mi libertad, mi gente y mis sentimientos para volver al infierno de la rutina. Siempre pensé que un cambio lo sería todo, pero solo me ha llevado a ver que no es así,  la verdad me ha golpeado de golpe, duramente. 


Me he enamorado sí,  no solo de una persona, sino también de un lugar, de un modo de vida, de unas canciones... Lo duro está en dejarlo ir ahora y esperar hasta poder volver. Las lágrimas afloran sin necesidad de pensar mucho o forzarlas. Echo todo esto de menos, me gustaría volver, pero hay que seguir,  como siempre,  hay que ser fuertes y esperar,  pronto dará su resultado,  espero.

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