11 de marzo de 2014

Anécdotas

"Haz que las contrariedades te alienten y los obstáculos te engrandezcan"

Bill Eardley  






11 de marzo de 2004. Madrid.

7:36-7:37 a.m.
Tres bombas explotan en el tren 21431 en la vía 2 dentro de la estación de Atocha (no explotan simultáneamente).


7:38 a.m..
Dos bombas explotan en el tren 21435 en la estación de El Pozo del Tío Raimundo.

7:38 a.m.
Una bomba explota en el tren 21713 en la estación de Santa Eugenia.

7:39 a.m.
Víctimas del atentado
Cuatro bombas explotan en el tren 17305 en la calle de Téllez, 500 m antes de entrar en la estación de Atocha.

Muertos: 192 personas. Heridos: 1858 personas.

Para que luego digan que la vida de una persona no puede cambiar en apenas un par de minutos,sino que se lo digan a aquellas 192 personas que perdieron la vida en el atentado, además de a sus familias o a aquellos heridos que, bien sea de gravedad o más levemente sufrieron un grave golpe psicológico.
Hablamos de anécdotas sí, y es que hoy hace exactamente diez años desde el atentado del 11-M y, curiosamente, también se cumplen hoy tres años exactos desde el desastre de Fukushima. Gracias, destino.
 
Lazo negro y rosa negra. Sinónimos de luto.

Puede que os preguntéis por qué he empezado "relatando" todo lo que ocurrió aquella mañana del jueves, 11 de marzo de 2004 pero, lo creáis o no, todo se debe a las casualidades.
El día del suceso yo era aún demasiado pequeña para ser consciente de todo lo que pasaba, del revuelo que se había montado a mi alrededor pero, a pesar de todo, recuerdo claramente el sonido, las imágenes de terror que se veían en el pequeño televisor que, si mal no recuerdo, aún era analógico. Pregunté a mi madre que ocurría pero no lo sabía con claridad, hablaba de gente "muy malita" (supongo que es como las madres tienden a referirse a los muertos cuando aún somos demasiado jóvenes o inocentes como para entenderlo); ella no imaginaba que, apenas un año después, empezaría una amistad con una de las mujeres que iba en uno de esos trenes; una mujer que, a día de hoy, es algo así como mi "madrina". Cuando ella se lo contó, supongo que se llevó una buena sorpresa, en el vagón posterior hubo varios muertos, se salvó por los pelos.
Otro tanto podríamos decir de mi primo, el único que tengo "cerca", siempre, todos y cada uno de los días cogía ese tren y, por pura suerte, vio su destino pasar por delante de sus ojos sin llegar a sufrirlo; ese día, no cogió el tren, se salvó.

Todo sucede por alguna razón

Son dos experiencias diferentes contadas de segunda mano, una vez ya hemos escuchado los relatos en frío, pero la simple perspectiva de que alguno de tus seres queridos haya podido estar en esa clase de situación hace que te replantees un gran número de cosas, hace que pienses dos veces el sentido de la vida. Yo, al menos, lo hice, y creo que ese el motivo principal por el que intento escribir esto, para que podáis meteros en un cachito de mi piel, de mí.
Era hace apenas unos minutos cuando recordaba todo esto, cuando mi madre llamaba a mi "madrina" y ellas recordaban una parte dolorosa del accidente; cuando veía las declaraciones de las víctimas, que han salido publicadas hace tan solo unas horas, como recuerdo. Han sido estas declaraciones las que han podido arrancarme más de una lágrima, leer la pura realidad, cómo lo vivieron... y sentirlo, sentirlo tan cerca como si fueses tú mismo el que lo está viviendo, eso ha sido lo peor, lo más realista, pero también lo más cruel, demuestra el precio al que algunos han sobrevivido. No sé si será conveniente, pero aquí tenéis una parte de esas declaraciones, solo dejo algo claro, hay que tener fuerza suficiente para imaginarlo y seguir adelante, porque un obstáculo en el camino está para lograr superarlo: http://www.larazon.es/detalle_hemeroteca/noticias/LA_RAZON_363488/4912-victimas-del-11-m-no-he-vuelto-a-montar-en-tren-ni-soporto-su-pitido#.Ttt1Vktv8ooATBA 

Bueno, esto es todo, era sencillamente una pequeña anécdota, un pequeño homenaje a esas víctimas que día tras día (y así diez años después), siguen luchando, porque solo así, con fuerza, se ganan las verdaderas batallas.

¿Sorprendidos? Lo sé, todo el mundo tiene sus pequeñas anécdotas, solo estás esperando descubrir las tuyas. Anímate, lo conseguirás.

Fdo. Una persona que recuerda.


 

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