“Es curioso como día a día nada cambia, pero cuando miras atrás, todo es diferente”
Ayer es ayer, hoy es hoy y es curioso ver que soy la
misma persona, pero no soy igual. Puede que hoy tenga el pelo más corto, o más
largo, unos kilos de más, o de menos, una arruga más, un sueño nuevo o incluso
una sonrisa cuando ayer las lágrimas me inundaban. Entonces, ¿por qué esa manía
de decirle siempre a alguien “no cambies”?
La vida está en constante evolución, las plantas nacen
y mueren, florecen y se marchitan, ¿por qué no iba a ser igual con las
personas? Sin embargo, está bien decirle a alguien que no cambie, que lo vaya a
hacer ya es otra cosa, de hecho, aunque no lo pretenda, estoy casi segura de
que lo hará y no por ello va a ser peor (o mejor).
Planteaos siquiera cómo sería una vida constante, sin
alteraciones, totalmente plana… ¿Es difícil? No lo veo, el simple paso del
tiempo hace que nuestros cuerpos cambien, que nuestros cerebros aprendan e
incluso que nuestros corazones sean capaces de amar, pero también de odiar.
Quiero creer que cuando decimos ese “no cambies” tan
frecuente no nos solemos referir a estas nimiedades, sino que solemos pensar en
los cambios de personalidad, ideología, forma de ver el mundo… Pero, ¿por qué
no cambiar? Los cambios son arte, ponerle ganas y valentía, pero también
esperanza en que vayas donde vayas siempre va a ser a mejor porque, de momento,
no conozco a nadie que quiera cambiar a peor, al menos ante sus propios ojos,
lo que le parezca a los demás es otro tema; los cambios son anteponer tus
opiniones a las de los demás, pensar en ti e intentar que lo que a tu gusto
puede mejorarse, se mejore; los cambios son creer que se puede, luchar por lo
que se quiere y entenderse a sí mismo; los cambios son tantas cosas…
Eso sí, nadie dijo que fuera a ser fácil. Cambiar es
complicado, aunque esté formado de pequeños detalles… La decisión de cambiar lo
que crees erróneo, equivocado o simplemente no suficientemente bueno implica,
en ocasiones, renunciar a quien has sido e incluso a lo que has defendido, pero
siempre se ha dicho que “quien tiene boca, se equivoca”, así que ole tú y tus
narices de cambiar si es lo que quieres. Esta decisión puede que también te
aleje de personas que han sido fundamentales en tu vida, pero créeme cuando
digo que si no apoyan el cambio (ya no te digo que se unan a él), no merece la
pena que luches por ello cuando ellos no van a luchar por ti, esto no implica
que esas personas no merezcan la pena, porque creo que siempre hay algo en la
gente que hace que la merezcan, sino que con tanta gente en el universo ellos
no están hechos para ti; si este es tu caso, ten fe, todas las cosas pasan por
algo y al igual que esas personas no eran para ti habrá otras que si lo sean,
de verdad.
Va a haber momentos durante el cambio en que te
cuestionarás una y mil veces el porqué, todo motivo te parecerá poco y querrás
darte por vencido, supongo que la cosa es solo seguir intentándolo y todo
tendrá un final que merezca la pena y, si no la merece, tendrás otro motivo para
seguir con el cambio, que todo tenga sentido. Te puedo asegurar que también
habrá gente que querrá frenarte, aunque a veces sea de forma inconsciente, ten
paciencia, todo llega.
Puede que ahora mismo pienses en un gran cambio, pero
no tiene por qué serlo, el simple hecho de usar maquillaje o no usarlo, de tener
un tatuaje o no tenerlo, de llorar en una situación o reírte ante ella… Todos
estos pequeños cambios son igual de importantes que el resto y son las ganas y
el esfuerzo que pongas en ellos, en conseguir los pequeños detalles, los que
marcarán tus pautas, tu camino y darán lugar a que los grandes cambios se
escriban de tu mano y no de la de los demás.
No tengo más que decir, todo cambio es un gran paso
sea pequeño, enorme o mediano y solo en tu mano está el intentarlo, o mejor
dicho, conseguirlo. Y si, por el contrario, prefieres mantenerte al margen del
cambio, en la calma, sé consciente de que hay gente que quiere intentarlo, que
quiere tener un cambio en su vida y puede que para esta persona sea importante
que apoyes su cambio, así que simplemente hazlo, estoy segura de que merecerá
la pena.
“Los grandes cambios siempre vienen acompañados de una fuerte sacudida. No es el fin del mundo, es el inicio de uno nuevo”.
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