"Aren't you something to admire, 'cause your shine is something like a mirror.
And I can't help but notice, you reflect in this heart of mine"- Mirrors, Justin Timberlake.
No sé siquiera cómo
empezar a escribir esto, pienso que es una pequeña locura que ha pasada por mi
cabeza de forma repentina, pero necesitaba expresarla. Llegaste a mi vida de
casualidad y nunca esperé que lo hicieras con tanta fuerza. La verdad es que me
has dejado sin palabras, pero también con las ganas. A veces me sorprendo con
cómo otras personas parecen conocerme más de lo que yo misma lo hago, me
advirtieron de que iba a caer, de que me ibas a impactar y, sorprendentemente,
no se equivocaron. Desde la primera palabra me resultaste una persona curiosa,
con mucho que contar y pocas palabras.
No sé cómo describirlo,
pero me gustaría tumbarme una tarde a tu lado, ver cómo anochece y perdernos
mientras contamos las estrellas. Desde el primer día añoro tu tatuaje, me muero
por recorrerlo palmo a palmo con cada dedo o, mejor aún, a besos lentos. Quiero
escucharte, dejar que hables sin prisa, sin miedo y con ganas, perderme en tus
palabras y dejarme llevar por lo que siento, por una vez y sin que valga de
precedente.
Cada día que faltas te
echo un poco de menos, nadie me supo decir qué era lo que debía sentir, pero
siento que me cuesta respirar un poco más de lo habitual, que no sales de mi
mente y que te pienso con cuidado. Quiero abrazarte fuerte, no soltarte y
decirte bajito lo necesario que me eres; quiero revolverte el pelo, ver cómo el
flequillo se te mueve de un lado a otro y cómo te molesta cuando se te mete en
los ojos (te hace adorable, aún más si cabe); quiero verte reír sincero y
quitarte la gorra bajo la que te escondes.
Lo dije al principio,
esto es una pequeña locura, un texto cortito de lo que en tan poco tiempo has
pasado a ser o, mejor dicho, significar para mí. A día de hoy soy más yo
gracias a ti y espero que algún día seamos en plural, porque nos lo merecemos.