8 de enero de 2017

Quiero (Refúgiame).

  "Y me despedí sabiendo que no quería irme..."
Duele, duele saber que esto se acaba, que es hora de volver a la rutina, a la realidad. Se ha acabado. Hemos, hemos acabado con nosotros mismos, con lo que de verdad somos para volver a ser el "yo" que existe más que vive. 

Quiero que me cojas, que me abraces y me digas que todo va a ir bien, que no llore cuando las cosas no salgan como quiero, que eso solo es una piedra con la que tropezar, pero no está ahí para hacerme caer. Quiero que te rías y me des la vida, que me hagas reír y me limpies con la manga de esa sudadera que huele a una mezcla de tabaco y colonia todas las lágrimas que me cayeron cuando me dijeron que me iba. Quiero que recorras kilómetros de distancia por mí, tantos como yo he recorrido por ti, pero sobre todo quiero que luches por ti mismo porque estoy cansada de que no creas en ti a pesar de que yo te confiaría hasta mi corazón. Quiero que me refugies con tus colores, más grises que la letra de ese rap que me enseñaste y ahora no puedo olvidar. Quiero que me lleves en la comodidad de tus noches y que hagas que olvide el frío entre palabras, sinceras, certeras. Quiero- te. Te quiero. 



Vuelve a ser más tarde que pronto, pero solo estamos al principio de un final que nunca llega. Me has hecho soñar, soñar que podía; me has hecho creer en mí casi tanto como en ti y reír casi tanto como llorar. Hoy quiero agradecerte una cosa, que estés, que a pesar de que nos hayamos despedido solo ha sido un "hasta luego", no un "adiós" irremediable; quiero agradecerte que me hagas ser yo y no una farsa o utopía. Gracias por haber hecho que encuentre en ti un refugio donde quitarme la coraza y, curiosamente, donde no tenga que esconderme.

No puedo decirte más, no porque no quiera, sino porque dueles estando lejos y tu recuerdo destroza y hiere a esta personita que, una vez más, te dice que te quiere.

No hay comentarios:

Publicar un comentario